· Un 22 de julio de 2012 falleció el gran Miguel “Pilo” Gaspar; su familia, el béisbol y Al Bat le recordó con gran cariño y aprecio en el tiempo. (http://www.beisbolicos.com/beisbolicos.nsf/2a772d05b1d5e93b862570b0007da7b7/76d4e68910a3899e86257a44000de323?OpenDocument )
Por Jesús Alberto Rubio.
Héctor Espino pudo haber sido el mejor bateador mexicano en Ligas Mayores, pero por una y otra razón, que usted bien conoce, el “Supermán de Chihuahua” sólo pudo demostrar su grandeza con el bat en Ligas Menores, nivel Triple A, tanto de México como de Estados Unidos.
También Miguel “Becerril” Fernández pudo haber mostrado su talento bateador en la Gran Carpa, como lo hizo en la pelota mexicana, pero tampoco se instaló en el mejor beisbol del mundo.
Otros grandes bateadores como Andrés Mora y Matías Carrillo no alcanzaron el nivel esperado en ellos a partir de su debut ligamayorista. Y así como ellos, hay otros ejemplos.
En el caso de Mora, éste jugó cuatro temporadas en MLB –Baltimore y Cleveland—donde conectó 27 jonrones, además de 21 en Ligas Menores de Estados Unidos.
¿A dónde vamos con este tema…?
Desde el pasado día 16 Adrián González se convirtió en el mexicano con más hits en las Ligas Mayores; lo hizo con un sencillo ante los Arizona Diamondbacks.
Gracias a su batazo superó a Vinicio Castilla al acumular ese día 1,885 hits en sus 13 años que lleva en MLB.
Ahora, la lista de los mejores hiteadores después del “Titán” (1,888), quedó así: Castilla, 1,884; Jorge Orta 1,619; Aurelio Rodríguez 1,570 y Beto Ávila 1,296.
Vinicio Castilla bateó sus 1,884 en 16 años en la MLB con Atlanta, Colorado Tampa Bay, Houston, Washington y San Diego.
Producidas y jonrones
Y en el casi de carreras impulsadas, mientras que Castilla acumuló 1,105 a partir de su debut con los Bravos de Atlanta en 1991 (el oaxaqueño se retiró en el 2006), hasta el viernes Adrián tenía 1,102.
En igual forma, estaba a tres jonrones de llegar a 300 y mantenía un promedio de bateo de .290, todo en sus años jugando para los Rangers, Padres Red Sox y Dodgers.
¿Y la estatua de Héctor Espino?
Volvemos al tema y ya sabe la razón: aún, cero respuestas.
Mire: el maestro Amílcar Peñuñuri Soto, en su columna Desde los Bleachers que publica en el diario gratuito Media Zoom, también abordó el tema sobre la estatua de Héctor Espino:
“El gran “Superman de Chihuahua”, Héctor Espino, no puede contra los vándalos. Su estatua ha sido terriblemente dañada y degradada en los últimos años.
Espino y sus familiares, tampoco dan crédito a la indiferencia de la clase política local hacia la efigie del más grande bateador mexicano de todos los tiempos y uno de los hijos adoptivos más queridos de nuestra ciudad.
Su hijo, Héctor Espino afirmó experimentar coraje y tristeza al ver las condiciones que está la estatua de su padre. “En Chihuahua y aquí en Monterrey las estatuas de Espino están bien cuidadas” dijo reciente.
Hace casi dos años, en septiembre del 2014, publicamos una columna titulada “Los bats de Espino y la procuración de justicia” en la que narrábamos el deterioro que había sufrido el monumento de bronce. Ahora su destrucción alcanza niveles alarmantes.
A Espino no le han colocado ningún asterisco en su carrera profesional de que hizo trampa consumiendo sustancias (ha ocurrido en otros lados), por lo que sus trece títulos de bateo solo han podido ser arrebatados por las hordas irrespetuosas de la delincuencia.
En sus incursiones, han arrancado 12 de las placas alusivas a cada una de sus coronas, dejándole hasta hoy, solo la del último título como campeón bateador, el de la temporada 82- 83, su campeonato de bateo con menor porcentaje en su carrera.
Por cierto, la plaquita de su impresionante .415 impuesto en la temporada 72-73, voló en uno de los primeros atracos, junto con algunos de los bats que descansaban a los pies del gran toletero.
Después le mutilaron el bat de su mano. La estatua se encuentra en el punto exacto donde la calle Colosio se encuentra con el bulevar que conduce a la entrada del Estadio Sonora, mismo que se inauguró como bulevar Héctor Espino.
Si desea leer la columna completa, lo invito a que busque la columna de Amílcar. Por mientras, carajo, sigue sin respuesta la demanda/exigencia de la afición de que se traslade la estatua de Espino al nuevo estadio de los Naranjeros.
Una respuesta que tarda en llegar.
FRANCISCO PRECIADO BRACAMONTES:
Estimado Jesús como siempre gusto en saludarte y disfrutando tu gustada columna, no sin antes dejarte este dato de interés para los aficionados Naranjeros, relativo a la edad promedio del club, dato determinado al día de hoy del roster de los 69 jugadores nacionales propiedad del club y en donde observamos un club con un excelente promedio de edad, es decir un equipo joven:
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Edad | Jugadores | Porcentaje |
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30/40 | 14 | 20% |
20/30 | 37 | 54% |
Menos 20 | 18 | 26% |
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Sumas | 69 | 100% |
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Edad Promedio: | |
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Jugadores | Suma edad de todos en años | Años Promedio |
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69 | 1609 | 23 |
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Que pases un excelente fin de semana
ANTONIO ELIZARRARÁS CORONA:
Jesús. Me da gusto leer de los 13 triunfos sin derrota que comenta nuestro colega Carlos Castillo porque en el beisbol verdad, al que me he referido yo en algunas ocasiones, esto era lo normal. Lo común. Lo día a día cuando el pitcher se aplicaba en lanzar, como dice Carlos, curvas, bolas submarinas, la de tirabuzón, la de tenedor que no he vuelto a leer que alguien la lance.
En fin, el arte de pitchear como tal, y no atenerse única y casi exclusivamente a la velocidad, así desarrolle 120 millas o más, si es que esto es posible.
La variedad de lanzamientos de los antiguos pitchers, (Bragaña, Luque, Dihigo, el mismo zurdo Ortiz, entre otros) eran muy amplias. Y entre más variadas, mayor eficacia en la loma de los disparos.
Pero insisto: la televisión vino a descalificar a este tipo de labores porque, utilizar todo el arsenal lleva tiempo entre pitcheada y pitcheada, y el tiempo en ese aparato, cuesta. Aunque al beisbol en sí, le sigan dando en la torre.
Pitchear de costado, como señala Carlos, era poner a parir chayotes a más de dos. Pero ese arte se perdió, "gracias" a la tele que paga mucho, pero que ha desacreditado la esencia del beisbol.
Pásela a todo dar.
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