Por Patricia Guerra
Ciudad de México 20/10/2016.- Después del segundo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, entre los Chicago Cubs y los Dodgers de Los Angeles, el cátcher cubano Yosmani Grandal hizo declaraciones sobre un supuesto robo de señales cuando había corredor en segunda. Yo le hubiera respondido al cubano con una pregunta corta, pero enfática: ¿y? Cualquiera que haya jugado beisbol sabe que el robo de señales es algo normal y se considera permisible e incluso ético, siempre y cuando no se utilicen aparatos o medios externos para conseguir esa valiosa información.
Verá usted, amable lector, no es que uno quiera enseñar cosas malas a los niños y la realidad es que nuestro México no está para justificar estafas, pero en el béisbol, una parte importantísima de la estrategia es estudiar al rival, buscar cualquier gesto o movimiento que ayude a encontrar cuál será el siguiente lanzamiento del pitcher, o la estrategia ofensiva del contrario. La observación atenta de todo lo que hace y dice el rival es parte crucial de cada victoria, así como la inteligente encriptación y encubrimiento de las propias intenciones.
La temporada pasada, un inteligente pelotero del equipo rival a los Diablos Rojos del México me hizo ver que el cerrador Manny Acosta daba ‘tips’ de sus lanzamientos cuando tenía mucha presión y eso era descifrado por los bateadores contrarios y utilizado a su favor para evitar que el panameño lograra su cometido, que era cerrar los juegos sin permitir carrera. Ya sabemos la historia y su desenlace. De acuerdo a mi informante, Manny sujetaba el guante de la misma manera cada vez que venía una recta, misma que le prendían con facilidad. Lo que no entiendo es ¿por qué no se dieron cuenta los coaches de Diablos?
Ejemplos hay muchos, como el caso del legendario cátcher de los Yankees, Yogi Berra, quien siempre fue un pelotero muy agradable y que cuando se embasaba, charlaba con el primera base del equipo contrario, salvo cuando le mandaban la señal de hit and run. En esa situación se quedaba calladito y poco tardaron los rivales en darse cuenta, por lo que el manager le pidió a Yogi que hablara siempre.
En todos los años que tengo de ver béisbol y de estudiarlo, no he conocido un pelotero con más habilidades para comprender el juego y las señales del rival que José Luis el “Borrego” Sandoval. Muchas veces que fui al estadio, dejé de lado el desarrollo del juego para observarlo. Era una sinfonía perfectamente coordinada. Desde su posición en el short estudiaba atentamente las señales del coach de tercera contrario, luego volteaba a ver la señal del cátcher y finalmente hacía señas a los demás para avisarles por dónde vendría la pelota.
Increíble la habilidad del Borrego, es por ello que nunca tenía que aventarse por una pelota, él estaba perfectamente colocado para fildearla por donde venía ¿lo recuerda usted?
En conclusión, robar señales no está en contra de las reglas no escritas del beisbol, siempre y cuando se haga dentro de los límites del campo, desde el dugout o bullpen, pero sin utilizar mecanismos o aparatos para ayudarse, tales como binoculares. Eso sí es trampa.
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