· Será la quinta ocasión que ahí se lleve a cabo el clásico de media temporada; el equipo presentó el logo del gran juego.

Por Jesús Alberto Rubio.

De plácemes, sin duda alguna: El béisbol de Ligas Mayores ha dado a conocer el logotipo de su próximo Juego de Estrellas 2015 --en su edición 86-- que tendrá como sede el hogar de los Rojos de Cincinnati.

Eco.

El escenario, el 14 de julio, será un majestuoso Great American Ball Park inaugurado el 31 de marzo de 2003 como uno de los estadios más hermosos de la Gran Carpa.

El parque se encuentra en las orillas del sinuoso río Ohio en el centro de Cincinnati y tiene capacidad para 42.319 aficionados.

El escenario ofrece características innovadoras, impresionantes vistas y opciones asequibles para disfrutar el pasatiempo.

Obviamente, el Great American Ball Park rinde homenaje a la larga e ilustre historia de la franquicia en el Salón de la Fama y Museo de los Cincinnati Reds, que cuenta con objetos y recuerdos que se remontan a sus inicios en 1869.

Cuenta con estatuas en la terraza Crosley en honor de sus estrellas Ted Kluszewski, Ernie Lombardi, Nuxhall y el Vicepresidente Ejecutivo de la MLB, Frank Robinson, y otra en la "Entrada Nuxy" que conmemora la carrera del miembro del Salón de la Fama Johnny Bench.

También muestra con orgullo una escultura de bronce en honor de su compañero Joe Morgan, miembro del Salón de la Fama.

Cabe destacar que en 1988 fue la última ocasión que la ciudad de Cincinnati fue anfitriona del gran juego de media temporada.

Ese año, la lluvia impidió el Derby de Jonroness un día antes del Juego de Estrellas en lo que fue el Riverfront Stadium.

Esta vez será la quinta vez que Cincinnati, sede de la primera franquicia profesional del béisbol de Grandes Ligas, sea la sede del Juego de Estrellas.

Los dos primeros encuentros se disputaron en el Crosley Field en 1938 y en 1953; luego en el Riverfront en 1970.

En ese partido estelar se recuerda un memorable final cuando Pete Rose embistió al receptor de los Indios, Ray Fosse, para anotar la carrera de la victoria de la Liga Nacional (5-4), en 12 entradas.

El logotipo

Esta semana (el miércoles) se hizo la presentación en el Great American Ballpark del Logotipo del Juego Estelar, el cual refleja la rica historia beisbolera de Cincinnati.

El logo presenta en su parte central con la mascota más tradicional de los Rojos, “Mr. Redlegs”, con su famoso bigote y gorra cuadrada del estilo antiguo. Su cabeza se sienta sobre la "C" clásica de los Rojos.

Pete Rose

La reciente noticia en MLB es que Pete Rose (73) podría participar en las actividades del Juego de Estrellas en Cincinnati, ello, pese a que su suspensión de por vida del béisbol.

Al líder histórico de hits (4,256), no se le permite ingresar a las zonas de los estadios con restricciones para los fanáticos. Pero el legendario pelotero de los Rojos pudo asistir a la ceremonia del denominado "equipo del siglo" en el Turner Field de Atlanta durante la Serie Mundial de 1999.

También entró al terreno de juego del Great American Ballpark de Cincinnati en 2010 para la ceremonia en la que conmemoró el 25to aniversario fijar su récord de hits.

Además, se hizo ver en el terreno en Cincinnati el pasado septiembre para la presentación de la escultura en honor de Joe Morgan.

Rose aceptó en agosto de 1989 la sanción de por vida, luego que una investigación de Grandes Ligas concluyó que apostó a favor de victorias de los Rojos cuando era el mánager del equipo.

“La Gran Máquina Roja”

Ahora, mire usted, resulta por demás interesante ir a este pasaje histórico de los Rojos de Cincinnati:

Los aficionados de esa ciudad aman sobremanera a su equipo por muy buenas razones y es que ahí la poderosa “Gran Máquina Roja” en los años 70´s ganó seis series divisionales con aquellos Pete Rose, Tany Pérez, Johnny Bench, Joe Morgan, David Concepción y los lanzadores Don Gullet, Clay Carroll, Gary Nolan, Pedro Borbón, Jack Billingham y Ross Grimsley, dirigidos sabiamente por Sparky Anderson.

Por supuesto que en ese rico historial trascienden sus cinco banderines otoñales:

El primero ocurrió ante los White Sox en 1919 (cuando el escándalo de las “Medias Negras” y las apuestas que usted recordará) en el que contaron con el pitcher cubano Adolfo Luque como primer pelotero latino en ese tipo de confrontación.

Los otros fueron en 1940, ante los Tigres de Detroit; 1975 contra los Red Sox; 1976, con barrida ante los NYY, y 1990 ante Oakland, también por limpia.

En estas dos últimas series otoñales hicieron quedar muy mal a los apostadores de Las Vegas ya que Yankees y Medias Rojas habían sido marcados fuertes favoritos.

El inolvidable equipo bicampeón del 75-76 lo conformaba el receptor Johnny Bench, el segunda base Joe Morgan, el shortstop David Concepción y el centerfield el dominicano César Gerónimo.

Los otros dos jardineros eran George Foster y Ken Griffey padre. Pete Rose en la tercera base y Tany Pérez en la primera, sin olvidar a Dan Driessen.

Entre los pitchers: Don Gullet, Jack Billingham, Pat Zachry, Will McEnaney además de Gary Nolan.

Aquella dinastía hizo famoso el nombre de la ciudad en toda América.

Historial del equipo

Fue en 1869 cuando Cincinnati tuvo su primera temporada de beisbol con los Red Stockings que jugaron en un parque de madera hasta 1912, año en que tomaron el nombre de Rojos.

El 24 de mayo de 1935, el equipo se trasladó al Crosley Field, que fue sede ese año del primer juego nocturno en la historia del beisbol.

El presidente de Estados Unidos, Franklyn D. Roosevelt, presionó el botón en la Casa Blanca, de Washington, y en el Crosley Field, se encendieron los focos de las torres antes que los Rojos le ganaron a los Filis ante la presencia de 20 mil aficionados en el primer juego nocturno de Ligas Mayores.

El Riverfront de Cincinnati fue el primero en emplear el sistema métrico decimal para indicar las distancias hacia las bardas.

Hasta hace unos años, era parte de la tradición beisbolera que el presidente de los Estados Unidos siempre inaugurara la temporada en Cincinnati.

Con capacidad para 56 mil aficionados, en 1970 se inauguró el Riverfront y el Crosley Field pasó a mejor vida, excepto su histórico recuerdo y el home play (plato) que se trajeron los Rojos a su nuevo escenario, el Great American Ball Park que en verdad que es todo un paraíso del béisbol actual.