Por Jesús Alberto Rubio.
Es de entenderse que ya el béisbol profesional busca ir más allá del 100 por ciento como un gran negocio para poder afrontar/enfrentar la delicada situación de crisis económica que envuelve a México.
Por ello no extraña que en el caso de la LMP las temporadas, desde hace años, lleven el nombre de una firma bancaria o el peculiar hecho de que los uniformes de los peloteros estén tapizados de logos publicitarios, entre otros aspectos de mercadotecnia.
Incluso, no extrañe que los nombres de los estadios también comiencen a llevar la denominación de alguna industria, productos, empresa bancaria o determinada institución financiera, tal y como ocurre en MLB.
Y vio aquí en nuestra capital sonorense cómo el gobierno estatal de manera vertical bautizó al nuevo parque –la obra se entregó el 31 de enero y luego fue inaugurado el 1 de febrero de 2013 con una Serie del Caribe-- como Estadio Sonora, en tanto llegaba el “mejor postor” para de esa forma darle el nombre correspondiente a la firma ganadora.
Sin embargo, curiosamente/quién sabe por qué razón, hasta el momento nadie ha dicho “esta boca ($) es mía”, de tal suerte que ese moderno escenario contratado en renta por el Club Naranjeros sigue llamándose tal como se bautizó y el cual yo acostumbro llamarse sólo con las siglas de ES.
A donde voy, amigos:
En el romántico y sensible antaño de nuestro béisbol, cuando se trataba de la construcción de un estadio, los gobiernos en turno convocaban a la afición para que con su voto seleccionara el nombre que debería llevar el inmueble beisbolero.
Sucedió así con el “Teodoro Mariscal” en Mazatlán y el “Fernando M. Ortiz” de Hermosillo, entre otros de los que usted quizá tenga referencia.
En el caso del Estadio Héctor Espino, en tiempos del gobernador Alejandro Carrillo Marcor se dijo que hubo una encuesta popular (1976) para seleccionar el nombre del entonces denominado “Coloso del Choyal” inaugurado en octubre de 1972 (¿4 o 5?), resultando ganador el “Supermán” de Chihuahua sobre Horacio López Díaz y Claudio Solano.
Pero, reitero, los tiempos pasan, cambian y se vuelven más complejos para el sostenimiento de un espectáculo social tan trascendente como es el béisbol profesional que hoy cubre sueldos superiores a los 100-150 mil pesos mensuales –incluso en divisa extranjera/dólar—a peloteros nacionales e importados. Claro, entre otros gastos que deben naturalmente hacer para mantenerse y sobrevivir como empresas de béisbol.
Tiempos traen tiempos
En este contexto, le comparto las siguientes lecturas/referencias históricas para que se reflexione entorno a tales hechos en una sociedad entonces todavía no tan afectada por la economía provocada (con más impacto en nuestros días/años) por lo que usted quiera señalar o calificar/conceptuar:
El tema lo encontré en el sitio Historia de Hermosillo (www.historiadehermosillo.com), del ingeniero Manuel de Jesús Sortillón Valenzuela:
“El jueves 20 de octubre de 1955, Álvaro Obregón, gobernador de Sonora expresó:
“El pueblo es el que manda y será él quien decida cuál es el nombre que debe llevar el Estadio de Beisbol de la Casa del Pueblo”. Solicito a los comentaristas deportivos para organizar un plebiscito “en el que el público emita su opinión y si la mayoría vota porque se le dé el nombre del aficionado Fernando M. Ortiz, no tendré ningún empacho en hacerlo”
De esa forma, apareció publicado el formato de voto para la designación del nombre al Estadio de la Casa del Pueblo de Hermosillo en el periódico El Imparcial y en el cuerpo del texto decía:
“Sr. gobernador del Estado, Don Álvaro Obregón Tapia, Palacio de Gobierno. CIUDAD. Gustosamente me uno al movimiento popular que solicita a usted atentamente se dé el nombre del gran aficionado y mejor caballero Don Fernando M. Ortiz al Estadio de la Casa del Pueblo, ello como homenaje de Hermosillo a un individuo que impulsó el deporte amateur entre su juventud, que fue base de las Ligas de la Costa del Pacífico y de Sonora y que consagró su vida al servicio de la comunidad…”.
El formato, fue así: firma; voto porque se dé al estadio de la Casa del Pueblo el nombre del señor: _____________ firma. Nota: Deposítense los cupones firmados claramente en las ánforas que se instalarán en el Estadio de la Casa del Pueblo, La Botica Cruz Roja y Tintorería San Antonio. Si Usted desea proponer otro nombre, hágalo en el espacio en blanco”…
Fue el 1 de diciembre de 1955 cuando el viejo y desaparecido estadio, comenzó a llamarse Fernando M. Ortiz… y así vivió con alto orgullo hasta que la terrible “picota” la derrumbó a partir de una noche, a espaldas del pueblo y sin pedirle consulta, en febrero de 1972.
Fue el 1 de diciembre de 1955 cuando el viejo y desaparecido estadio, comenzó a llamarse Fernando M. Ortiz… y así vivió con alto orgullo hasta que la terrible “picota” la derrumbó a partir de una noche, a espaldas del pueblo y sin pedirle consulta, en febrero de 1972.
Caray.
En Mazatlán:
Viernes 06 de Enero de 1955. Los aficionados del Puerto de Mazatlán han conseguido que por aclamación popular el nombre de “Teodoro Mariscal” sea impuesto al Estadio de Beisbol de la ciudad.
Teodoro Mariscal había fallecido unos 10 días antes, el 27 de diciembre de 1955; la iniciativa se desarrolló de forma similar a la de Hermosillo cuando se le otorgó el nombre de Fernando M. Ortiz al Estadio de la Casa del Pueblo.
También Ortiz falleció antes de que se bautizara con su nombre el estadio de los Naranjeros, el 9 de diciembre de 1954.
Ambos, subrayo, fueron de los gestores principales para llevar a cabo la Liga de la Costa del Pacífico en pleno auge en aquellos años…
Cierto es que en 1972 aquel decreto para ponerle el nombre al Estadio de la Casa del pueblo como Fernando M. Ortiz, comenzó a desaparecer para siempre, excepto un parquecito de softbol ubicado atrás/un costado de las instalaciones del CUM que en lo general la afición del béisbol le conoce.
Ingratitudes en el tiempo.
Hay más en el tintero, pero sólo quiere concluir diciendo respecto al ES: ya veremos qué pasa con el nombre del ES a partir de fines de este año y principios del 2016.
La pregunta es: ¿voluntad de la afición/pueblo… o bien, a como hoy se dan las cosas?
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