Por Julio Cesar
Te propongo un ejercicio de imaginación:
Eres un lanzador de grandes ligas y tienes al bateador en 2 strikes; enfocas y ejecutas tu envío; éste obedece tu guía mental, va y se coloca, milimétricamente, en esa esquina que buscabas, pero… el hombre de azul no te concede el tercero y definitivo; resulta que en la caja de bateo se encontraba Tony Gwynn.
Ahora, te sitúas del otro lado: eres un ligamayorista tomando turno al bat, cuenta de 3-2, el pitcher realiza su entrega, juzgas, en base a tu experiencia y confiando en tu vista – el más engañoso de los sentidos- que la pelota está fuera de la zona, el umpire canta el tercer strike; ¿olvidé mencionar que en la loma de los disparos se encontraba Greg Maddux?
Algo así ocurrió durante la NLCS de 1998, Braves vs Padres: al Profesor que vimos permanecer impávido, frío ante un lanzamiento que acababa de ser conectado de jonrón; jamás discutir un conteo al principal y hacía aspavientos de molestia, consigo mismo, al otorgar un pasaporte, le vimos ceder ante un hombre y su madero.
Todos quienes tuvimos el placer y el deleite de ver lanzar al Maestro, fuimos testigos, en incontables ocasiones, de como su tailing fastball o su sinker regresaban y caían al punto exacto para encontrar la zona de strike, o bien mostrarle la esférica al contrario, durante una fracción de segundo, como un dulce ante la mirada de un niño, para luego hacerlo desaparecer, dejando pasmado al ocupante de la caja de bateo.
Aquello nunca ocurrió ante Tony Gwynn.
Hasta ese momento y hasta ahí llegó su tolerancia a la frustración.
*dicho sea de paso, también lo vi en zona buena*
Y es que, todos tenemos nuestra némesis; nuestra Bestia Negra; nuestra Kriptonita.
Nada menos, aquello resultó Mr. Padre para el próximo huésped de Cooperstown:
Arriba de .400 le bateó, en 94 turnos oficiales (107 confrontaciones totales); la mayor cantidad de imparables ante cualquier serpentinero… y ni un solo ponche.
Cero.
No soy el único en considerar que, aquel ´98, pudo más la fama y el nombre del inconmensurable bateador que el hombre del brazo de privilegio; quizás el más cerebral; discutiblemente, el mejor lanzador que verías y enfrentarías; el hombre cometa de hielo; el que podía lanzar cualquier tipo de pitcheo, a cualquier velocidad, en cualquier cuenta, el de la innata e increíble capacidad –facilidad natural o Don- de leer a los oponentes; al Ilusionista, cuyos envíos ,al parecer, fuera de la zona, terminaban sobre el plato y viceversa; nada de ello fue suficiente para acreditarse un tercero y definitivo strike ante este hombre que, como Ted Williams, nació para batear.
Nada.
No solo fue aquella la única ocasión en que Maddux se agenciara un salvamento, sino también la única en que lo vería protestar de manera airada un decreto del umpire; la única que lo vi perder la compostura.
Sí, hasta ahí llegaría su tolerancia a la frustración.
Al menos, logró dominarlo con roletazo para el out final del encuentro. Algo es algo.
Después de todo, no fue al único que el bonachón y eterno fraile se impusiera:
A Nolan Ryan, no únicamente le conectó su hit número 1000; sino que le bateó casi 100 milésimas por encima del resto (204 vs 302); ese diferencial es el segundo más alto.
Solo detrás de… Greg Maddux, a quienes los mortales le promediaban .250 y Gwynn .429.
Ante Hall of famers conectó para .325
Entre sus principales clientes –a quienes. De seguro, les hacía llegar su calendario cada fin de año- tenemos algunos nombres que resultan familiares:
Smoltz, Glavine, Orel Hershiser, El Toro, Mike Scott, Doc Gooden y los mencionados Texanos (Ryan, el Expreso de Refugio y el Maestro, de San Angelo).
Numeralia & Datos:
Gwynn, durante sus dos décadas de trayectoria, fue tan bueno al momento de seleccionar cada envío que 1986 viene a ser un año promedio, en materia de chocolates, para él: 701 apariciones al plato, 35 Ks.
En su carrera vio un tercer strike cada 21 turnos.
Durante 1990, un bateador de la gran carpa se ponchaba cada 6.7 oportunidades legales; Gwynn, llegó a tener una campaña en que lo hizo cada 35.
En esta Era, donde, cada temporada, hay más de 75 bateadores que reciben, al menos, 100 ponches, este fenómeno tuvo 8 calendarios con menos de 20; seis de ellos de manera consecutiva.
Su apariencia física era de lo más engañosa, lo mismo podía conectar cinco hits que robar la misma cantidad de bases en un partido; igual diseminaba sencillos que dobletes, jonrones y… hasta triples!
Y 5 Guantes de Oro.
No sé qué sorprende más: sus 85 Triples o sus 319 Robos; sus 135 cuadrangulares o las 203 Bases Intencionales que recibió.
Su Slugging es similar al de Pete Rose y al de Cal Ripken Jr.; con +1000 Hits el primero y 300 Homeruns más el otro.
Chequen esto:
Bateó por encima de .300, línea que separa a los buenos de los mejores, durante 19 años al hilo; únicamente Ty Cobb lo supera en esa racha.
Para que su promedio al bate, de por vida (.338), se viera reducido a la mencionada cifra, debió haberse ido en blanco en sus últimos 1182 viajes a la caja de bateo.
Imaginar que hubo un año en que no pasó más de 7 turnos entre un hit y el siguiente.
Jamás se ponchó arriba de 40 ocasiones en un rol completo.
En 1994, solo 3 veces vio pasar un tercer lanzamiento en zona buena, sin hacerle swing. ¡Solamente en 3 turnos lo dejaron parado… uff!
En este reciente Juego de Estrellas, al que fuese convocado en 15 ocasiones y donde fue, prácticamente, ignorado, los ´´bateadores´´ negociaron dos bases por bolas -una por bando- a cambio de… 21 ponches.
El único que logro propinarle 3 Ks en un mismo encuentro fue Bob Welch, a quien, curiosamente, la vida le cantó el strike three con escasos días de diferencia.
Desde su debut, en 1982, Gwynn, posee 4 de los 10 promedios de bateo más altos; nadie repite en la lista.
Por último, si en mí estuviera la decisión, yo NO retiraría el ´´19´´ de su jersey, sino el ´´5.5´´ con que designó ese palmo de terreno entre 3B y el SS por donde colocó (ésa es LA palabra!) tantos de sus inatrapables (ésa es, también, LA palabra!)
Sin duda, en estos días, no faltaría el manejador, que ordenara una formación especial ante él, un shift… para un zurdo!
***5.5 sube a 6… ¿verdad, Maestro?***
Por la Atención y el Tiempo, Gracias.
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