Serie Cien Años del Béisbol en Guanajuato
Jorge A. Cervantes Jáuregui
Este pasado 4 de julio se ha cumplido 110 años de la práctica oficial del béisbol en Guanajuato, según los anales de la época y que tuvo que ver con encuentros entre una novena de la colonia norteamericana y otra de la ciudad de México. Los antecedentes de este deporte en la ciudad han sido poco registrados y es aún motivo de investigación y sin duda alguna de la forma como se fue extendiendo su práctica en todos los sectores sociales.
La ciudad de Guanajuato, en los albores del siglo XX, se encontraba en uno de tantos auges que la industria minera ha tenido en su historia, ciclos de bonanzas y de pobreza. Como impulso a la actividad minera, llegó la energía eléctrica y una nueva tecnología para el beneficio de los minerales, el llamado proceso industrial de cianuración, que desplazó al de patio o amalgamación, método usado durante siglos y que implicaba el uso de terrenos o patios de gran amplitud de lo que constituyeron las múltiples Haciendas de Beneficio que se encontraban en la ciudad.
Esos grandes espacios en las Haciendas fueron quedando en el abandono. Tal fue el caso de la histórica Hacienda de San Jerónimo, de la que se tiene referencia de su existencia desde el año de 1700.
La ciudad, cuya sociedad acomodada disfrutaba de tertulias, espectáculos de teatro, algunos deportes en pequeños y exclusivos grupos, eventualmente los toros que alguna vez fue fueron divertimento de todo el pueblo. Sin embargo, grupos de la llamada Colonia Norteamericana, integrada por dueños y trabajadores de las empresas mineras y de la eléctrica, empezaron a practicar en ese espacio baldío de la Hacienda de San Jerónimo, un deporte llamado béisbol cuyo controvertido origen se lo atribuían tanto ingleses como nuestros vecinos del norte.

El béisbol había llegado a México en la última veintena del siglo XIX y Guanajuato no fue la excepción. En otros estados de la república, como lo es el cercano de Aguascalientes, se han documentado bastantes evidencias de su desarrollo partiendo del año de 1902, misma época de uno de los pocos casos documentados periodísticamente de algún encuentro en nuestra ciudad.
Como en otras ciudades del país, algunos jóvenes guanajuatenses que habían estudiado en los Estados Unidos aprendieron el deporte y lo empezaron a practicar en la ciudad siendo uno de los sitios el actual Jardín de las Acacias. Luego, la Hacienda de San Jerónimo, se convirtió en el gran referente donde se ha ido practicando el béisbol desde entonces y hasta nuestros días.
Al llegar el béisbol a la ciudad, éste deporte vino a contribuir a la cohesión social. Originalmente practicado y promovido por grupos acomodados de la sociedad y en gran medida elitista, pronto se popularizó y se convirtió en un medio crucial de entretenimiento y vínculo social. Y fue así que su práctica se extendió en todos los sectores y pronto los distintos gremios empezaron a contar con sus novenas representativas y a generar rivalidades históricas.

Aparecieron novenas de las compañías mineras, los electricistas, comerciantes, alfareros, fundidores, militares, universitarios, camineros, los distintos barrios, etc…y desde luego su práctica promovida para los niños, jóvenes y de manera muy entusiasta por y para las damas, a través del softbol.
La práctica se volvió tan cotidiana en el callejón, el patio de la casa, de la escuela, la calle, los cerros pelones, y se extendió y se arraigó en las comunidades rurales de nuestro municipio.
Este deporte que se ha metido hasta el tuétano de muchos pobladores de esta ciudad, y que ya se puede hablar de una tercera y hasta cuarta generación de familias beisboleras. Socialmente hablando, es un deporte que ha mantenido y mantiene desde hace más de 110 años, un vínculo indeleble entre quienes somos parte de la comunidad guanajuatense. |