Por Jesús Alberto Rubio.
Se le conoció como "Rajah" y está conceptuado como uno de los mejores bateadores derechos de todos los tiempos, algo que hasta antes de la segunda década del siglo XX no había conocido el beisbol de Ligas Mayores.
Y es que mientras en los años 20´s las actuaciones de Babe Ruth sorprendían a la fanaticada, este jovencito texano que jugaba la segunda base para los Cardenales de San Luis, había empezado la década con un alto porcentaje de bateo de .370.
Comenzaba a nacer lo que más tarde sería una grandeza.
Su promedio de bateo de por vida de .358 en 23 temporadas en las Grandes Ligas es el segundo más alto para .367 de Ty Cobb y muy por encima de los grandes de todos los tiempos como Tris Speaker (.345), Ted Williams (.344), Babe Ruth ( .342), Lou Gehrig (.340) y Stan Musial (.331).
Además, realmente no hay debate sobre si Hornsby es el mejor bateador derecho de todos los tiempos; él está significativamente por delante de personajes tan importantes como Harry Heilmann (.342) y Al Simmons (.334).
En el camino, Hornsby ganó siete títulos de bateo en la Liga Nacional y bateó para .400 en tres ocasiones, incluyendo un increíble .424 en 1924, el mejor promedio de bateo de una temporada en la historia moderna del béisbol.
Tal vez su temporada más notable fue en 1922, cuando capturó la Triple Corona.
“Los ojos más fríos…”
Hornsby, tenía un carácter serio, reservado y "los ojos más fríos que alguien pudo ver en el beisbol", según dijeron muchos de sus contemporáneos.
Fue un hombre muy independiente, brutalmente franco... y mal hablado.
Casi nunca leía libros o periódicos; su concentración estaba en el arte del bateo y nunca pensaba otra cosa que no fuera el deporte rey.
Incluso dicen quienes le conocieron que no iba al cine... "por temor a debilitar su vista".
Cuando en 1924 terminó con .424 de bateo, (el récord en la Liga Nacional), el gran "Rajah" se aventó la puntada de decir: "No quiero ser pretencioso ni arrogante, pero cada vez que aparezco en el home bat en mano, no puedo evitar sentir lástima por el lanzador...". (Gulp).
Cuando le preguntaban el por qué no jugaba golf, como todos los peloteros, decía: "Cuando le pego a la pelota, no me cambio por nada más".
La pasión de Hornsby por el bateo, parecía intocable:
Un día antes de un juego contra Filadelfia, uno de los jugadores de ese equipo le preguntó sobre el arte de batear: Roger recogió el bat para demostrarle vivamente la respuesta y, en pocos minutos, media docena de Filis estaban colocados en círculo junto a él para escuchar sus tips.
En su época, todos los peloteros gustaban de rodearle en el campo para aprender de sus enseñanzas de bateo, fuese de jugador o mánager.
Hornsby, la fanaticada mexicana le tocó admirarlo muy de cerca:
Primero, en 1935 cuando ya cifraba los 40 años de edad, jugó en el viejo Parque Delta del Distrito Federal en el Major League Stars, dando una excelente demostración de su poder al bat, especialmente con un cuadrangular que mandó entre los jardines izquierdo y central.
También la afición de Hermosillo le vio en el entonces estadio llamado “La Casa del Pueblo”, luego Fernando M. Ortiz (a partir de 1955), cuando acompañó como mánage,r el 31 de marzo de 1940, a los Piratas de Pittsburgh que se enfrentaron a los Atléticos de Filadelfia dirigidos por Connie Mack.
Luego, en 1944, al aceptar la invitación del magnate Jorge Pasquel para venir a dirigir a los famosos Azules de Veracruz, ya se imaginará el gran revuelo que armó la presencia del gran "Rajah" del beisbol.
Su historia completa, en: https://sabr.org/bioproj/person/b5854fe4
¿Y algo más!:
https://www.baseballhistorycomesalive.com/rogers-hornsby-traded-again/
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