Por Jesús Alberto Rubio.
Una vez platiqué con Víctor “El Cadillo” Saiz y resulta que hizo referencia al zurdo Pancho Alcaraz, también notable ampáyer miembro del Recinto de los Inmortales.
Para empezar, Víctor dijo que Alcaraz fue su primer mentor en el trabajo de ampayeo.
Pasados los años, a ambos les tocó ser los primeros umpires mexicanos en trabajar en una Serie del Caribe. Ello ocurrió en Puerto Rico 1971, cuando México (Naranjeros) debutó en ese beisbol.
De Alcaraz, primero gran lanzador y luego umpire, hoy le tengo una historia que me contó su hijo Aaron, hoy radicado en Phoenix.
Más que interesante, vea:
“Lo siguiente es una historia que me contó mi padre. Sucedió en 1945 cuando militaba para el equipo de Parral en la desaparecida Liga Nacional, la cual fuera una liga muy fuerte que se jugó de 1944 a 1949 en el norte de México.
Se enfrentaron en un doble juego dominical los equipos de Parral vs Saltillo. Para el primer partido, ambos equipos abrieron con sus pitchers estrellas. Por Saltillo Vicente "Corazón" Torres y por Parral, Francisco "Zurdo" Alcaraz.
El juego resultó muy cerrado y los dos se mantuvieron fuertes en la loma por las nueve entradas, ganando Saltillo con "Corazón" Torres por una carrera y perdiendo el "Zurdo" Alcaraz.
Para el segundo juego de la doble cartelera, el "Zurdo", en un acto de pundonor y coraje profesional, le pidió la bola al manager para poder así "sacarse la espina", de esas cosas que ya no se ven en el beisbol, por diversas razones.
Lo curioso fue que al ver calentando al "Zurdo" para el segundo juego, "Corazón" Torres fue con su manager y también pidió la bola para tirar el segundo juego.
El segundo choque no fue tan cerrado como el primero ya que al "Corazón" Torres se le cansó “el caballo” y no aguantó las nueve entradas y así el "Zurdo" lanzando su segundo juego completo del día, se sacó la espina y ganó el segundo partido de la doble cartelera.
De esa manera el "Zurdo" tiró 18 entradas en un solo día. Al final del encuentro, "Corazón" Torres se dirigió al dogout de Parral donde mi padre lo recibió con un saludo de mano y un abrazo, lo cual el público presente celebró aplaudiéndoles acaloradamente.
De esas hazañas ya no pasan en el beisbol.
Eran otros tiempos.
Héroe y Villano en el mismo pueblo.
Definitivamente si tú le hubieras preguntado a mi padre cual fue su máxima gloria dentro de su carrera en el beisbol, sin duda alguna te habría contestado que fue el momento en que le dio el triunfo a México lanzando contra los Cubanos, en 1943, en La Habana, Cuba.
A su regreso a México fue recibido como un héroe.
En su natal Empalme la recepción fue "apoteótica". Con escolta y toda la cosa.
Sin embargo, muchos años después, la escolta fue para que no lo lincharan.
En esa ocasión, ya de umpire de la Liga Sonora Sinaloa, en un juego celebrado en Empalme contra Guaymas, el Zurdo marcó una jugada que definió el juego a favor de los Ostioneros porteños.
La gente se enojó tanto que lo querían linchar, y le gritaban "vendido" "traidor" y le decían hasta de lo que se iba a morir.
La policía tuvo que venir a sacarlo del estadio escoltado.
Quien alguna ocasión fuera escoltado por la policía como héroe, ahora estaba siendo escoltado por la policía del mismo pueblo pero para que no lo lincharan.
Pero, como él siempre decía: “Son gajes del oficio"
Mi padre siempre fue una persona de un carácter muy fuerte y que se dejaba llevar mucho por sus impulsos. Por esa razón tuvo muchos pleitos a golpes y de palabras”.
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