Nadie piensa en que este personaje, a pesar de que estamos conscientes de su presencia, llegue en el momento menos pensado, menos en el plano deportivo.

Se jugaba por primera ocasión un campeonato peninsular en el Sureste de nuestro país.

Al llamado del Prof. Miguel Ángel Cardeña Blanco, responden los teams "Plataformeros" del puerto de Progreso," Unión de Ladrilleros" y "Volante" de la ciudad de Mérida, "Estrellas" de la cercana Villa de Umán y "Terraceros" y Campeche" del vecino estado.

Claro, los parroquianos respondieron en todos los parques, por la novedad de equipos de distintos sitios.

Era un 17 de Marzo del año de 1940; el escenario, el parque de Itzimná, que fuera la primera catedral del beisbol yucateco, ubicado en la colonia del mismo nombre.

Eran las tres de la tarde de ese fatídico día, las campanas de la iglesia, ubicada enfrente del parque, así lo anunciaban.

El Umpire principal, José López Abad, hermano de otro afamado umpire, Fernando, en este beisbol, después de dar a conocer los reglas del terreno, se descubrió avanzando al frente de los palcos y se oyó su voz "Respetable público, baterías para este juego, por el equipo "Terraceros, Alcibíades Palma, pitcher y Angel Abreu, catcher, y por el "Unión de Ladrilleros", José Caridad Poey, pitcher y Francisco Moguel, catcher" y enseguida se ubicó detrás del catcher y se oyó el grito de "Play Bol".

El encuentro terminó con el triunfo de los visitantes con pizarra de 8 carreras contra 7.

Alcibíades recorrió los 9 episodios, en tanto "Fosforito" Poey entregaba la responsabilidad al yucateco Álvaro "Flaco" Herrera.

Poey era un pitcher derecho y jugaba también en los jardines, derecho para lanzar y batear, pero era muy "marrullero" y sabía aquilatar las debilidades de sus oponentes

Y.... sucedió lo que no se pensaba.

Era el cuarto episodio, cuando se enfrentó a sus oponentes y uno de ellos, serpentinero y jardinero, de nombre Juan Adam, orgullo de Calkiní, Campeche y e igual a sus hermanos, José "El Loco", que brillara en Liga Mexicana, Jorge y Manuel, este último se extinguió hace unos meses en esta ciudad.

En aquellos tiempos, cuando entrábamos a la caja de bateo, no volvíamos a abandonarla. Sólo lo hacíamos para secarnos el sudor y en el cajón estábamos pegados a la tierra con los spikes.

Pues bien, Poey en el montículo, que no abandonaba y cuando Juan se inclina a tocar el pentágono con el bate, el primero, siempre pendiente, aprovecha, lanzar la pelota tratando de tirarle un strike al bateador, pero desgraciadamente el lanzamiento pegó en el cráneo de Juan Adam y éste se desplomó.

Rápido, sus compañeros acudieron a ponerlo de pie, pero no hubo respuesta y todos pensaron que al rato iba a despertar con las voces de sus compañeros y un vaso de agua y todo volvería a la tranquilidad.

Se quedó tendido en la caseta y al término del encuentro, fue conducido por sus compañeros al hotel donde se alojaban, pero pese a los esfuerzos médicos, no se recuperó y fue internado en La Ibérica, sanatorio de la Sociedad Española de Beneficencia y se despidió de la vida al cumplirse 55 días de sucedido.

Fue conducido a su natal pueblo de Calkiní, en Campeche, donde recibió cristiana supultura.

El tiempo entierra los recuerdos. Pasados los años, fundé la ahora desaparecida "Peña Amigos del Beisbol", en Mérida con la concurrencia de 18 enamorados del deporte rey, todos ellos ex peloteros profesionales pero un día se extinguió.

¿Y por qué razón?

Simplemente fueron entregando el alma y todo terminó.

De todos ellos solo sobrevivimos, quien escribe y el parador corto Jesús "Chucho" Rejón.

Fui homenajeado por la "Peña Campechana de Beisbol" como socio honorario y aproveché requerirlos que debían homenajear la memoria de Juan, acudieron al camposanto de esa población y... no encontraron ninguna información sobre su sepultura.

Es la vida y hay que aceptarla, pero los sucedidos deben ser recordados.

Hay otro fallecido pero en el softbol, en el año de 1943.

Afortunadamente, esto no ha vuelto a repetirse.

Saludos amigos.