Por Carlos de Luna Saenz
Era una noche cualquiera en la Ciudad de México... Mentira, en esta ciudad ninguna noche es cualquiera, menos esa; Fernando Valenzuela regresaba como el hijo pródigo a lanzar sus últimas temporadas a la Liga Mexicana, se enfrentaría al equipo capitalino y el estadio estaba a reventar. Seguro había reventa para el viejo parque del IMSS, ese con tanta historias que contar se llenaba una vez más de una anécdota más, una que llenaba las gradas cómo pocas veces y que hacía retumbar cada uno de sus asientos. El marcador no importaba, veíamos al Toro, al grande de Etchohuaquila Sonora, era ver al ídolo de nuestra niñez ya en la juventud, era sin duda un evento memorable.
Hablar de Fernando desde "la frialdad de los números" no es hacerle justicia, además que es algo que podrá hacer "allá donde nos esperan" el Mago Septien y Carlos de Luna Solano. Hablar de Fernando Valenzuela en un día cómohoy solamente se puede hacer desde elcorazón, desde ese corazón de niño que se desvelaba a ver jugar al mexicano triunfador y lo grababa en videocassette, desde el corazón del niño que se quedaba dormido frente al aparato de televisión con la esperanza de que Steve Sax no fuera a errar los tiros cuando le llegara la pelota, desde el corazón del que sin saberlo veía una época del renacimiento de la afición al beisbol en México.
FernandoValenzuela fue un símbolo para todos, fue ese "si se puede" que muchos compatriotas necesitaban, pero más allá de eso fue un gran ejemplo de disciplina, amor al deporte y de un jugador limpio en todos los sentidos: Honestidad, valor, lealtad, disciplina que hacía a todos querer portar el número 34
Fernando Valenzuela era una parada obligada en la semana que nos hacía soñar y nos hacía imaginar lo que se podía hacer con esfuerzo bien dirigido, lo que nos hacía recordar siempre las palabras de Bill Lombardi: "Siempre haz tu segundo esfuerzo".
Así pues, en este día de luto para todos queremos hacer estepequeño honor a la gran figura mexicana que para cualquier beisbólico representa todos los sentimientos encontrados y para los que somos un poco más sensibles hasta un pequeño nudo en la garganta.
Adios Fernando, adiós a ti que representas, en palabras del Mago, Oro, Basílica, Mezquita y Cactus. Adios que pronto te volveremos a ver.
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