! Venga, Fernando, le gritan!
Por Julio Cesar Hernández
Fernando Valenzuela pertenece al Salón de la Fama por su impacto social no por su numeralia.
El Toro no puede ser comprendido ni explicado desde la estadística (La Frialdad de los Números) sino desde la Emoción y la Memoria, desde el Recuerdo (Recordar significa: volver a pasar por el Corazón).
Lo dice un Enfermo del Dato y a la vez Enamorado de la Palabra, que elige Narración Original como título de este espacio y que se inspira y basa en los grandes Relatos de los admiradísimos Contadores de Historias (Scully - el Storyteller por Excelencia-, El Maestro Jarrín y por supuesto el inconmensurable Mago Septién).
Nostalgia que asfixia con nudos de corbatas inexistentes pero que roba un poco el aire, oprime el pecho y dificulta el habla; que nubla la vista, cuajando la mirada.
El Vale de Sonora que nos mantuvo pegados al aparato receptor de TV en cada Salida.... Sus amigos: Septién, De Valdés y Alarcón SIGUIENDO LA HUELLA DEL TORO! nos aceleraba el pulso la voz de Sonny.
El Toro puso a Etchohuaquila en el mapa; a Los Dodgers en la simpatía de la afición y a México tan en alto como su mirada en cada uno de sus envíos.
Fue el Superhéroe de los infantes de los 80´s; el ídolo imitado en cada calle, en cada patio de Primaria.
Ahora, a 43 años de distancia de su hazaña -23 de octubre del ´81- veo más que confirmada mi percepción de que el Baseball es una serpiente que muerde su propia cola y se repite, se revive y se recrea el el trazo de un círculo infinito.
Cómo no habría de ser así cuando, en la antesala de la reedición de aquella Serie Mundial/Clásico de Otoño: Dodgers vs Yankees se adelanta e instala en el más alto palco para ser testigo de privilegio e Invitado de Honor desde las de esta rivalidad que él vino a consolidar y que había visto postergada la revancha, inherente al Deporte, y ansiada por muchos, algunos que nunca la han vivido y otros que se entregan a la nostalgia.
Creo que esta nueva confrontación por el Título, a raíz de la despedida terrenal de Fernando, la veré con todo el sesgo y parcialidad jamás disimulada pero sobre todo... con ojos de buqui... TIENEN QUE GANAR ESTA POR ÉL!
Pase lo que pase, sé que brotará el llanto.
El Baseball, la más importante de las cosas menos importantes, debe vivirse y experimentarse con mirada cómplice, en la convención de que aquello va más allá de ser un simple Juego: con la misma seriedad con la que juega un Niño.
Valenzuela nos sirvió de divertimento, distracción y refugio a muchos.
Ahora, ante su ausencia, se desbloquea el torrente de recuerdos y emociones contenidas.... y eso NO lo entienden las gráficas ni El Dato, solo el pulso y la frecuencia cardiaca, el inhala y el exhala. Se inflama el cofre del pecho y se remueve todo su contenido.
"Bravo por tí, Fernando, eres en el beisbol: oro, mezquita (y mezquite), basílica y cactus (sahuaro de tu tierra)... tienes el pincel en la mano y la luz en el alma... NUNCA OLVIDAREMOS ESTO!"
Frase pirograbada en el registro mental, de aquel Mago de la oratoria, de Memoria Prodigiosa, Narrativa exquisita y verbo encendido, que pintaba con palabras... el relator de las mil y una Entradas.
Ya estás en el cielo -Azul Dodger- querido Toro, hacia el que alzabas tu mirada en cada Lanzamiento.
Descansa.
... Y Gracias por los imborrables recuerdos y las incontables y grandísimas Emociones.
Fernando Valenzue-LA.
Fernadomanía Forever. |