Por Jesús Alberto Rubio
Hoy 24 de mayo debemos recordar la memoria de nuestro amigo y colega Jesús Arturo Llanes Camacho, acaecido en el año 2016 aquí en Hermosillo.
Descanse en paz.
Continuemos, con gran gusto, con la serie Grandes Momentos:
Amado Peralta
“Buenas tardes, Jesús; un gusto saludarte y pues mira que tuve algunos bonitos momentos, por lo que te comparto algunos que no se olvidan:
Primero, haber conectado mi primer hit en la LMB en 1983 al ex ligamayorista Ed Figueroa; en ese mismo año, mi primer jonrón en Saltillo y luego el No. 100 en 1985 a mi ex compañero con Naranjeros, Chris Bennet.
Asimismo, mi hit 1000 en 1985 en Monterrey a Leo Pérez, así como haber quedado campeón como jugador en la temporada 1989-1990 con Naranjeros de Hermosillo e ir a Miami a la Serie del Caribe.
Otro gran momento fue haber sido coach de los Venados de Mazatlán, campeones de la temporada 2008 -2009 e ir también a la Serie del Caribe que se realizó en Mexicali, BC.
¡Era boy, Amado!
Pancho García
A través de su hijo Karim, quien rescató dos grandes instantes de Pancho García (+), verá qué clase de momentos tuvo el inolvidable velocista de su tiempo sobre los senderos:
“Aconteció un viernes 15 de marzo de 1963 en un juego de exhibición entre Medias Blancas de Chicago y los Tigres capitalinos en el ya extinto estadio del Seguro Social con una entrada hasta las lámparas ya que había más de 25 mil aficionados.
El juego se encontraba empatado cuando en la apertura de la décima entrada los patipálidos se fueron arriba con un par de carreras y así ponerse a tres outs de la victoria.
Entonces, apareció el espectacular cierre de los Tigres capitalinos ante el relevista Danny McLain quien comenzó dando base por bolas consecutivas a Ricardo Garza y Arman Murillo, entrando más que pronto el nudillero Eddie Fisher, un lanzador de los más cotizados en esos años en MLB y por supuesto que el suspenso continuó cuando Manuel “Estrellita” Ponce ejecutó un toque perfecto por la tercera base para llenar la casa sin out, con dos carreras en contra.
Así, llegó el inolvidable e histórico momento:
Le tocó el turno a mi padre Pancho García, quien recibió el primer lanzamiento de nudillos y fue bola; enseguida, al segundo tiro, –otro nudillo—hizo contacto con la pelota y salió batazo largo por el jardín izquierdo pegando la bola en los cartelones para desatar una locura en el estadio tanto de jugadores como aficionados, por lo que al llegar a tercera base lo cargaron en hombros y ya no le tocó pisar home en medio de un enorme triunfo del todo increíble de 7-5.
Temporada de 1965-1965
Jugando para los Yaquis de Obregón, colaboró en la conquista del primer campeonato del equipo comandados aquella vez (64-65) por Manuel Magallón.
Fue una de sus mejores temporadas en el invierno: venía de ser líder de la liga con 37 bases robadas la temporada anterior pero en ésta impuso su récord de 49, además de establecer otro registro de oro con cinco en un juego de nueve entradas en contra de Culiacán.
Se dice que pudo robar la sexta, pero por el marcador que era muy amplio prefirió respetar las reglas no escrita de no burlarse del contrario con un marcador así.
La cifra de 49 bases robadas en una temporada le duró 19 años hasta que Mike Cole en la temporada 84-85 impuso la nueva marca de liga con 58 pero eso sí: el récord de 49 permanece entre los jugadores mexicanos”.
Eco. |