Por Carlos de Luna Sáenz
Cuando uno habla de las mafias en el béisbol generalmente habla de directivos de ligas, dueños de equipos o dirigentes de federaciones, pero muy pocos se atreven a hablar de la influencia del crimen organizado en los equipos del “béisbol profesional”, he aquí un poco sobre ese tema.
En México por ejemplo en tiempos recientes hubo una serie de balaceras que afectaron el curso de varios juegos, unos en Reynosa y otros en Saltillo (este último mientras se jugaba un partido entre Saraperos y un equipo de aficionados) y mucho más recientemente en Xalostoc, Estado de México una balacera dejó en 2014 dos muertos en un campo de béisbol.
Afortunadamente no todas las coincidencias entre el Crimen Organizado y el béisbol han sido violentas o fatídicas como estas ocurridas en México, de hecho por lo general los capos han respetado el juego e incluso han llegado a mostrar su afición asistiendo a los encuentros como era el caso de Al Capone, quien iba a Chicago con frecuencia a ver al equipo local
1931. Bill Harnett de Chicago le firma una pelota a Al Capone
Un episodio famoso que desató la guerra más sangrienta entre los capos de Chicago fue cuando Capone invitó a Joe Aiello a una cena donde junto con su guardaespaldas Frank Rio terminaron a batazos con el y sus dos acompañantes (guardaespaldas).
Un objeto raro fue vendido recientemente bajo una buena suma de dinero, una pelota firmada por Al Capone… y Babe Ruth, una curiosidad tan rara que su posesión es casi casi ilegal.
Otra persona que se dice estaba muy vinculada al béisbol fue el famoso robabancos John Dillinger, quien en sus años mosos fue un buen jugador de beisbol. Dillinger murió bajo un alluvia de balas a los 31 años de edad y el beisbol jugó un factor en su muerte a las afueras de un teatro de Chicago en 1934.
Dillinger (al cual le decían el “Jackrabbit”) jugó con los Atléticos de Martinsville donde recibió algo más que dinero para pagar sus deudas, ya que cuando el equipo lo dejó al final de la temporada de 1924 el Umpire Edgar Singleton planeó el primer robo a mano armada de Dillinger: un robo a una tienda de abarrotes, que dicho sea de paso resultó más patético que los programas de los videos más graciosos de EUA ya que el “Jackrabbit” se puso nervioso y terminó disparando el arma dándole al dependiente en el pie, Singleton se asustó y dejó a Dillinger regresarse a pie a su casa. Así fue como antes de llegar a casa caminando Dillinger pisó la prisión por 9 años.
Una vez que dejó la prisión en 1933 empezó a ir a los juegos de los Cachorros a la par de que amasaba dinero mediante el robo de bancos. El estrella de los Cachorros, el catcher Gabby Hartnett dijo que la policía de Chicago sabía que Dillinger asistía a los partidos del Wrigley Field, sin embargo decidieron no entregarlo a los federales.
Un día de 1934, después de un juego doble contra los Yankees, Dillinger decidió ir al cine y ahí murió.
Otra persona muy relacionada con el béisbol en el campo del entretenimiento fue Frank Sinatra, a quien hoy en dia los Yankees le dedican un día al año a su memoria.
Sinatra fue conocido y gran amigo del gran gánster Lucky Luicano quien dicen le allanó el camino para que su vida de cantante fuera de lo más exitosa posible… y vaya que lo logró.
En 1947 Sinatra dio un concierto espectacular en el cual se dieron lugar en La Habana ni más ni menos que la plana mayor de los capos de Estados Unidos de América: Frank Costello, Mike Miranda, Augie Pisano, Joe Adonis, Albert “El ejecutor” Anastasia, Joe Volado Bonano, Tommy “Tres dedos” Brown Lucchese, entre otros. El amo y señor de los bajos fondos de Chicago, Tony Accardo, llegó acompañado de Rocco y Charlie “Gatillo fácil” Fischetti, hermano de Joe Fischetti.
Sinatra fue prácticamente de los fundadores de Las Vegas y se dice que era uno de los capos principales de aquella gran ciudad de los espectáculos.
Sin duda alguna una de las mejores interpretaciones del famosísimo “Take me out to the ball game” es la interpretación que hace Frank en compañía de Gene Kelly.
Así pues el béisbol también tiene historia con todo lo que le ha rodeado… incluso con el crimen.
“Beisbólicos del mundo, Uníos”
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