Por Héctor Barrios Fernández
Uno de los sueños de los bateadores en Grandes Ligas es batear 200 o más hits durante la temporada, que casi le asegura terminar con promedio de .300 o más en la temporada.
Aunque no siempre ha sido así.
Mire el caso de José Reyes.
El año de su debut con los Mets en el 2003 conectó 84 hits y promedió .304, en el 2006 terminó con 194 imparables y .300 de promedio, en el 2011 fueron 181 indiscutibles y .337, las tres temporadas con menos de 200 hits y .300 o más de promedio de bateo, lo cual es fabuloso.
En la temporada del 2008, José sobrepasó los 200 imparables con 204 siendo el líder en las mayores, pero su promedio bajó de los .300 al terminar con .297, ya que sus veces al bat fueron 688 también la cifra más alta en Grandes Ligas ese año.
Como vemos batear 200 o más hits no garantiza batear .300 o más de promedio.
Conectar al menos 500 cuadrangulares, más de 3,000 hits y terminar su carrera con promedio arriba de .300 de bateo, no cualquiera.
Podría pensar en grandes bateadores en la historia del béisbol como Babe Ruth, Mel Ott, Ted Williams y muchos otros.
Es un grupo de lo más exclusivo, mire:
El número uno es Hank Aaron con sus 755 vuelacercas, 3,771 hits y .305 de promedio de bateo.
Seguido por Willie Mays con 660, 3,283 y .302.
Por el momento párele de contar.
Hasta el 2019 Alberto Pujols formaba parte de este pequeño grupo, pero sus bajos promedios de bateo en 2020 y 2021 le han hecho bajar a .297, tendría que subirlo al menos 3 milésimas porque los requisitos de cuadrangulares (679) y hits conectados (3,301) ya los tiene en la bolsa.
La pregunta es: Continuará su carrera en la temporada venidera, si es que hay.
Gary Sheffield y Fred McGriff fueron dos excelentes bateadores que jugaron para varios equipos.
Además son dos peloteros que han conectado 30 cuadrangulares jugando para cinco equipos diferentes.
Sheffield lo hizo ocho veces en su carrera jugando para Padres, Marlins, Dodgers, Bravos y Yankees.
Aunque también jugó para Milwaukee, Detroit y Mets, con ellos nunca alcanzó tal cifra.
Por su parte Fred McGriff conectó 30 o más cuadrangulares en 10 ocasiones en su brillante carrera.
Lo hizo jugando para Blue Jays, Padres, Bravos, Rays y Cachorros.
En 2003 se retiró con los Dodgers, sin embargo con ellos no logró tal cifra.Walter Dropo no fue un jugador que haya recibido mucha publicidad ni durante ni después de su carrera de 13 temporadas con diferentes equipos, entre ellos los Tigres de Detroit.
Fue un derecho primera base que dejó un decente .270 de promedio de bateo en Grandes Ligas.
El 14 y 15 de julio de 1952 fue la máxima expresión del bateo.
El día 14 en una victoria de los Tigres sobre los Yankees por 8-2, los Bengalíes conectaron 9 hits.
En cinco veces a la caja de bateo el quinto en el orden Walt Dropo conectó 5 hits.
Al siguiente día, los Tigres se encontraban en Washington para cumplir con un doble juego.
En el primero cayeron por marcador de 8-2.
Walter se fue de 4-4 para llegar a 9 hits en el mismo número de apariciones al bat.
Pero la historia no termina allí, para el segundo juego del día en su primer turno Dropo se despachó con un hit triple.
En el tercer inning conectó sencillo al central, los lanzadores ya no sabían por dónde lanzarle.
Abriendo el quinto inning Walter se presentó de nuevo a batear, para ese momento llevaba 11 hits en 11 apariciones y el lanzador Lou Sleater de los Senadores ya de plano lanzaba la pelota, cerraba los ojos y se agachaba, Dropo aprovechó bien y conectó un doblete entre izquierdo y central.
Doce apariciones a la caja de bateo y doce hits conectados, increíble.
En la séptima entrada conectó un elevadito que por fin atrapó el receptor para terminar con la racha.
Todavía vino a batear en la novena entrada conectando sencillo al izquierdo empujando una carrera y otra que se anotó por error para que los Tigres se acercaran 9-8.
No fue suficiente y Detroit también perdió ese segundo juego del día.
Esa temporada Detroit terminó con récord de 50-104.
El 26 de abril de 1941 el estadio de los Cachorros de Chicago, el Wrigley Field se convirtió en el primer parque de Grandes Ligas en amenizar sus juegos con un órgano, solamente que ese día el organista Roy Nelson tocó mejor de lo que los Cachorros jugaron, ya que cayeron 6 carreras a 2 ante los Cardenales de San Luis.
Ya que andamos por 1941, me recuerda que el 15 de mayo, (día del maestro) los Yankkes de New York cayeron derrotados 13 a 1 ante los Medias Blancas de Chicago.
Los Yankees conectaron 9 imparables, Joe DiMaggio conectó su único hit del juego en la misma primera entrada.
Fue una línea hacia el jardín izquierdo sobre el lanzador Eddie Smith que impulsó a Phil Rizzuto con la primera y única carrera del equipo de casa.
Ese fue el inicio de la famosa racha de 56 juegos seguidos del “Clipper” conectando de hit.
Racha que terminó el 17 de julio gracias al tercera base de los Indios Ken Keltner.
Siguiendo con los Yankees, el 1 de agosto Lefty Gómez blanqueó 9-0 a los Cafés de San Luis, solamente que regaló 11 bases por bolas, todo un récord.
Le conectaron 5 hits, ponchó a 4 y ganó su décimo juego de la temporada.
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