Aarón Arguijo G.
Cada lunes es mi día obligatorio de hacerle al estadista, de revisar números y tratar de encontrar el por qué de los resultados que obtiene el equipo de casa. Es una cita con los números que tengo cada inicio de semana. Muy probablemente sea una costumbre arraigada en todos los cronistas y periodistas de béisbol de la Liga Mexicana, pues el lunes es el día ideal, ya que no hay juegos, y revisar la estadística es el pretexto ideal para no alejarse ni un solo día del rey de los deportes.
Pues el pasado lunes, en esta revisión de la estadística, me encontré con que el pitcheo de Vaqueros Laguna estaba posicionado como el mejor, el número 1 en el renglón de efectividad a nivel colectivo dentro de la zona norte. No era una efectividad que asustara (mayor a 4.00), pero al menos le mantenía como el número 1 del pelotón norteño, y el número 3 a nivel liga. Siempre he dicho que “el nombre del juego es el pitcheo”, o que en cuanto tengas buen pitcheo, tendrás oportunidad de ganar juegos; lamentablemente para los naranjas, con el paso de esta semana, la pregunta es ¿Dónde quedaron esos lanzadores que tenían a Laguna como el mejor cuerpo monticular de la zona norte?
La barrida en casa ante los Rojos del Águila de Veracruz supuso un auténtico desastre para los lanzadores naranjas, pues fueron zarandeados por el equipo porteño, aún jugando con sólo 4 extranjeros, al no cubrir la baja de Álex Cabrera, quien sigue terco en el escándalo de su doping positivo. El pitcheo de Laguna permitió entre esos 3 juegos de martes, miércoles y jueves, un total de 25 carreras, y la escalofriante cifra de 40 imparables; algo que, por supuesto, no corresponde al mejor pitcheo de la zona norte. Sumémosle que la defensiva cometió 5 errores (3 el martes y 2 el miércoles), 3 de ellos obra de Diego Madero.
Luego de esa desastrosa serie, el pitcheo colectivo de Laguna bajó considerablemente en la tabla de posiciones, ahora la efectividad es de 4.73, y son el tercer lugar del norte, por detrás de Toros de Tijuana (14 – 18, 4.35) y Broncos de Reynosa (17 – 15, 4.42), pero lo realmente doloroso, es que ahora están en el puesto 9 a nivel liga, un descenso considerable. Pero no toda la culpa de esta barrida es del pitcheo, pues la ofensiva ha quedado también a deber, aunque pegando buen número de hits (31, promedio de más de 10 por juego), pero colocando sólo 13 carreras en el score, 9 de ellas en el juego del miércoles, cuando cayeron por 11 a 9.
Veo desesperados a elementos como Jake Fox y Santiago González, haciendo swing a pitcheos temprano en sus respectivos turnos, ambos buscando ayudar a su equipo, pero los resultados no se les han dado. No trato de culpar a estos toleteros o decir que son los responsables de la barrida, para nada. Finalmente, es un juego de equipo. Se entiende que quieren ayudar a los Vaqueros, porque ambos son peloteros muy entregados y profesionales, pero quizá les falta recordar por momentos que a ambos les gusta disfrutar el juego, que se diviertan en el cajón de bateo, porque calidad y facultades las tienen, ni una duda cabe.
Quizá el más desesperado es Lino Rivera, el manager hace sus ajustes, sus movimientos, trata, intenta, pero sencillamente no salió nada favorable en la serie ante Veracruz. Pero el béisbol es tan exigente que te obliga a jugar cada día, y esto puede ser favorable para los peloteros, pues rápidamente les llega la oportunidad de revancha. Así como no puedes ganar el juego de hoy con el jonrón que conectaste ayer, tampoco puedes perder el juego de hoy con tu mal desempeño que tuviste en el juego de ayer. Simplemente le resta a Laguna, sacudirse la mala serie ante Veracruz y mirar hacia el frente, tratando de componer el camino, al que aún le resta buen trecho. Que tengan buen fin de semana, feliz día de las madres, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
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