Aarón Arguijo G.
Amigos aficionados, terminó el año 2014 para el béisbol de la Liga Mexicana, con los Diablos Rojos del México coronándose al ganar 9 juegos de forma consecutiva, barriendo a sus rivales en la serie final de la zona norte, y en la serie de campeonato, también llamada “Serie del Rey”. Los escarlatas no tuvieron mayor complicación para pasarle por encima y sacarle la escoba a Sultanes de Monterrey y Pericos de Puebla, y de esta manera los capitalinos consiguieron su campeonato 16 en el béisbol de verano.
Con esas dulces dieciséis coronas, los escarlatas se convierten en el club más ganador de campeonatos en cualquier deporte profesional en nuestro país, empatados con los Naranjeros de Hermosillo, quienes también ostentan 16 gallardetes de la liga de la costa. El camino para los Diablos no ha sido del todo fácil, más allá de que hoy por hoy son de los mandones de la liga mexicana, en más de un sentido. Nacidos en 1940, el equipo navegó sin gloria, logrando un par de sub campeonatos, aunque generalmente estaban sumidos en la mediocridad a pesar de contar con grandes figuras entre sus filas.
Fue hasta el año de 1956, la segunda temporada que jugaron en el extinto parque del Seguro Social, cuando lograron su primer campeonato en el béisbol veraniego. “El príncipe de Belén”, el cubano Lázaro Salazar estuvo como manager del equipo rojo, a quienes también ayudó adentro del terreno de juego. Para ese entonces, Salazar ya era una figura consagrada como manejador en nuestro béisbol, habiendo logrado su primer campeonato en 1939 con los Cafeteros de Córdoba, para volver a coronarse en 1941 al mando de los Azules de Veracruz. En el 42 se coronó el Unión Laguna con otro cubano al mando, “el maestro” Martín Dihígo, pero en 1943 volvió Salazar a adjudicarse el título ahora al frente de los Industriales de Monterrey, antes del glorioso tri campeonato para los regios, todavía llamados “Industriales”, quienes se coronaron en 1947, 1948 y 1949.
Ese ha sido el único tricampeón en toda la historia de la pelota mexicana de verano. Al iniciar este 2014, había mucha incertidumbre sobre qué tan competitivos serían los Diablos, al estar sometidos a una renovación en la que le dieron las gracias a veteranos como Óscar Robles y Carlos Valencia, para abrirles la puerta y jugársela con jóvenes surgidos de su propia granja. El resultado fue seguramente mucho mejor de lo que se esperaba por parte de la directiva que encabezan Alfredo Harp y Roberto Mansur.
Vaqueros Laguna fue el único equipo capaz de derrotar a los Diablos en la postemporada, al triunfar en par de ocasiones, y quedarse corto quedando tendidos en el terreno en el juego 2, y cometiendo errores costosos en la octava entrada del juego 6. Habrá a quien le sirva de consuelo, y quienes se pongan a pensar en lo que “hubiera” pasado si Laguna llega a superar a los escarlatas, si a Tony Peña “no se le hubiera” escapado ese salvamento del juego 2. Suposiciones ociosas y sin objetivo, como todo en lo que se interpone ese nefasto “hubiera”.
Felicidades a los seguidores de los Diablos, que los hay en todo el país. Obtuvieron un merecido campeonato, sacando emocionantes juegos de la bolsa a sus rivales, despidiendo con honores al Foro Sol como escenario para béisbol, un rol que nunca llegó a cumplir con completa satisfacción. Enhorabuena también para los aficionados a los Pericos, en especial para quienes viven en ciudad Lerdo, familiares del bat boy Antonio Villagrana, el conocido “cremas”.
Ahora, a esperar ese largo y crudo otoño – invierno hasta que llegue la ocasión de cantar una vez más la voz de “playball” en el béisbol de verano. Afortunadamente, tenemos la definición de la temporada y los play offs en las Ligas Mayores, el arranque de la Liga Mexicana del Pacífico, y nuestra Liga Mayor de la Laguna, así que por falta de pelota, no nos podemos quejar. Buen fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
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